Un poco de historia


HISTORIA DE CASA LA CHOCOLATERA   

  
  El cuarto de atrás de "Casa La Chocolatera" está invadido por personajes que la habitaron. Hay muchas historias antiguas que favorecen el encanto del lugar a ojos del viajero que decide disfrutar de la estancia en nuestra casa.


  Han pasado muchos siglos desde que se pusieran los cimientos de esta casa, y sus primeros habitantes estaban relacionados con el clero. El fresco que adornaba la antigua capilla de la casa esconde el sello de los franciscanos. También periodistas aragoneses como Alfonso Zapater la descubrieron como Convento de San Antonio.

Pinturas al fresco de la antigua capilla, ahora ubicadas a techo de las escalera.

    Una leyenda, que contaban algunos abuelos almoldanos como Francisco Escuer o Julio Rozas y que ya habían oído de boca de sus abuelos, dice, que Antonio Pérez (1540-1611), el secretario de Felipe II, estaba escondido en Casa la Chocolatera, y por un pasadizo que iba a la Iglesia y de ahí al castillo, llego hasta la ermita de Santa Quiteria donde lo esperaba un carruaje  para escapar a Francia, amparado por los reyes franceses. Lo que no es leyenda es que tras traicionar al rey, y ser encarcelado logra huir a Zaragoza. En Zaragoza entra en prisión varias veces, pero el Justicia y sus amigos de la nobleza lo dejan libre tras la revuelta conocida como las Turbaciones de Aragón y se marcha a Francia (Bearn). Lo que no se dice es como ni por donde lo hace.

Otra leyenda, aunque algunos lo aseguran, es que en esta casa estuvo Ana de Mendoza, Princesa de Éboli, aliada, cómplice y amante de Antonio Pérez. Su padre fue virrey de Aragón.



Ana de Mendoza, Princesa de Éboli
Antonio Pérez
  
 Más tarde, fue Casa Noble, perteneciente al apellido Andreu, muy extendido por los siglos XV, XVI y XVII por territorio aragonés, catalán y valenciano. Aparece Matías Andreu, vecino de La Almolda en 1718, como ganador de un proceso de infanzonía en la Real Audiencia de Aragón, siendo ya su padre hidalgo en 1672. Esta familia fue dueña de la casa hasta más de 1800, que es la última reseña que tenemos, cuando el marido de una sobrina de Matías Andreu, Salvadora, solicita infanzonía,la cual le es denegada ya que el que es poseedor de ella es José Andreu (su suegro, hermano de Matías).


    Siglos más tarde, y acercándonos al siglo XX, esta casa perteneció a Teodosia Pallás y Antonio Rozas, su marido. Pero es ella la responsable del nombre actual de la casa, ya que se le conoce como Casa la Chocolatera porque esta señora hacía y vendía chocolate. 



       Durante la Guerra Civil se desmanteló la casa, desaparecieron, muebles, joyas, cuadros….era una casa muy grande y por eso mismo se uso como hospital militar bajo el mando de la Columna Durruti que se asentaba en Bujaraloz.


          Con los años posteriores pasó a manos de los hermanos Paco Rozas y Julio Rozas, y con ellos fue despacho de carne, carnecería y al final quedó dividida en dos casas. Una de estas partes la de la familia Rozas Rivera, fue rehabilitada para el acondicionamiento de la casa rural.


Suelos originales.
    La casa ha sufrido importantes modificaciones motivadas por los diferentes usos y propietarios que por ella han pasado. Se conserva la estructura general de la casa, fachada con escudo de alabastro, patio de entrada, frescos de la capilla en los que aparece el escudo de los Franciscanos, balcones de forja, puertas y ventanas  de cuarterones similares a las de El Escorial,y suelos de cerámica aragonesa similares a los utilizados en  zonas concretas de la Catedral de La Seo de Zaragoza.

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